O sea, que yo como digo una cosa digo otra

En recientes fechas he decidido traer a este espacio algunos diálogos cotidianos con los que me he encontrado yo y que he escuchado de otros, aunque en la mayoría he tenido alguna clase de catastrófica intervención:


Martes de hace dos días.
Jonás en un acto público.
Presentación de una campaña para defensa de los periodistas. Jonás no comió en la tarde, así que van con la panza vacía de alimentos.
Lugar muy bonito. Velas, mesero, pomos, música, jonás lee un libro, se sienta...

Se acerca un mesero:
-¿Algo de tomar?
-¿Es gratis'
-Sí
Ah buuuueno, un tequila por favor. Le llevó un Cuervo Tradicional.
Jonás se lo chiquitea, porque sabe que noo-ha-co-mi-do

Pero se lo termina.
Después, llega nuevamente el mesero.
-¿Otro tequila joven?
-JOnás calla unos segundos y luego contesta esta chulada:
-Es que no he comido y si sigo tomando, me voy a empedar. ¿Me traes un ron campechano por favor?


Son como eso de las 21:30 y Jonás ha decidido que va a la tienda por una botanita para acompañar si infaltable ron y también se dijo que se tomaría la chela que le queda, una Modelo. Entonces, dijo, también compraré unos limones.

La plata que toma es justamente: 15 pesos.

Interior: Tienda de la esquina.

jonás se apodera de unas bolsitas de frituras y luego pregunta si hay limones, la mujer tendera le dice que sí.

Toma unos tres.

-¿Cuanto es?
-Son 15
Momento en el que Jonás piensa que no le alcanza y le dice a la tenedera
Es que sólo traigo 15, y falta que me cobres los limones
-Ah, es que son 15 más los limones
-Ah, es que no me alcanza porque sólo traigo 15, pero más los limones
-Ah, pues llévate aunque sea uno de los limones
-Ah órale, qué buena onda. Gracias. -Bueno, entonces, cuánto es?
-Son 15 pesos....


Luego las demás...