Friday, May 23, 2008

Denuncia silenciosa

Las luces se apagan, y un audio en off, que pretendidamente corresponde a una indígena dice: “La voz que rompe el silencio. No nos callan ni las amenazas, ni las balas, ni el dinero. Desde una pequeña cabina denunciamos como los pueblos indígenas han sido olvidados. Nos expresamos con autonomía y el mal gobierno quiso callar nuestras voces, pero no lo lograron, son las voces de otros y rompen el silencio. Que se castigue a los asesinos, que no se negocie, que no se maneje políticamente, que se haga justicia”.
La ceremonia de la 7ª Entrega Ciudadana del Premio Nacional de Periodismo le otorgó, a un par de indígenas asesinadas Felícitas Martínez Sánchez y Teresa Bautista Merino, el galardón en la categoría de Orientación y Servicio a la Sociedad.
La voz que rompe el silencio es protagonista ausente durante el festejo, y las indígenas que reciben la estatuilla en lugar de las asesinadas besan la mano de los trajeados hombres que les dan el premio, lo que ocasiona la carcajada condescendiente de varios asistentes que a lontananza ideológica y corporativa aplauden de pie en el Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México. Todo ahí parece distante a “La voz que rompe el silencio”.
Algunos de los trabajos premiados en esta ocasión (todos de medios comerciales, salvo el caso de la radio indígena) son el resultado de investigaciones que coinciden en sus denuncias: mal gobierno, ultraje, robo, abuso, mentira, opacidad e impunidad.
Tal fue el caso de la categoría Noticia, en la que se entregó el premio a la periodista Olivia Zerón Tena, quien con Oaxaca, saldo rojo, denunció los abusos policíacos cometidos durante la celebración de la Guelaguetza del Pueblo, en la que la golpiza cometida en contra del indígena Emeterio Marino, es un botón de muestra de la impunidad con la que el gobierno de Ulises Ruíz, aplasta los derechos humanos. “Ahí sigue el gobernador, como si no hubiera pasado nada”, remató Zerón.
Bruno Ferreira, con Propiedad Privada publicado en la Revista Llave de Veracruz, fue reconocido en la categoría Caricatura / Humor. El cartón es una ácida crítica a la intromisión de la Iglesia en temas como el aborto y la anticoncepción. Ferreira, en el escenario, es el único que se atreve a denunciar el contubernio entre los dueños de los medios de comunicación y la gente del poder. “Faltan aún tres años para que se acabe este gobierno (el de Fidel Herrera en Veracruz) y entonces, el fin de los convenios publicitarios nos permitirán expresarnos libremente”, sentenció el periodista.
Fátima Monterroso de la revista emeequis obtuvo el premio por su trabajo “Corrupción en el Estado Mayor Presidencial”, en la categoría de Transparencia y Acceso a la Información. “A los periodistas se nos ataca desde el poder, piensan que nos van a amedrentar, pero están equivocados. En esta país no pasa nada, es desesperante la impunidad con la que se manejan las cosas”, criticó la periodista durante su mensaje.
Paco Ignacio Taibo, premiado por Trayectoria Periodística, escribió un texto en el que reconoció el trabajo de Felícitas y Teresa. “Ser la voz de otros, te pone en el blanco de los poderosos, como les pasó e ellas. Si nos callamos una sola vez nos quitarán para siempre la palabra”.
Así intentaron los poderosos asesinos (tan poderosos que no están presos) arrancar para siempre la palabra de los de abajo, pero fallaron en su intento, porque la palabra es etérea y por tanto inalcanzable para los censores de la libertad y la valentía. Su crimen es también afrenta con la que tendrán que vivir quienes todos los días –agazapados en la enagua de sus espacios en radio, tele o prensa-, se convierten también en asesinos de La Voz que Rompe el Silencio.