Thursday, November 29, 2007

Me voy a morir de tos

Me voy a morir de tos

La semana antepasada fui víctima de la enfermedad.
Una entropía respiratoria se apoderó de mí. Las disertaciones –personales- , de que algún día moriré de tos, volvieron a tomar gran fuerza en mis adentros y hoy a casi una semana de que caí enfermo, -momento en el que no me siento del todo restablecido, lo sostengo: Moriré de tos.
Durante cuatro días estuve en cama. Falté a trabajar tres. Tos, tos, coff coff, moco, mucho moco, jarabe mucho jarabe, antibiótico mucho antibiótico, tos. Moriré de tos.

Llamada al doctor Sánchez, “me siento muy mal, tengo mucha tos, el pecho se me escucha muy congestionado, como que con mucho moco”.

-Te tienes que inyectar, porque ya se pasó a los bronquios (¿quiéeeen?).
Debes de ponerte seis inyecciones de Lincocin, las tres primeras una cada 12 horas y el resto una cada 24 horas.

Gasto mucho gasto. Lincocin caro. -¿Dónde carajos me inyecto? –Las simi-farmacias (que no son las del doctor Simi) a 15 pesos la inyectada. Tomar camión desde mi casa, bajarse en Felix Cuevas, respirar el smog, respirar el ruido, respirar la mierda. Más tos.
Mucha enfermedad. Me moriré de tos.

Estoy un poco mejor. Decidí dejar de fumar por un periodo indefinido de tiempo hasta que cese de pensar que el cigarro me chinga la garganta, la garganta me chinga las vías respiratorias, las vías respiratorias (primarias) me chingan los pulmones, los pulmones me chingan el pecho y los bronquios (hasta el momento los pulmones son los que más chingan) y eso me provoca la tos, la tos que me chinga a mi, que me chinga la vida que me mata.
Me voy a morir de tos.

Friday, November 09, 2007

A 10 años los muertos de Acteal


Acteal en primera plana.

¿Qué tendrán los indígenas mexicanos que inhiben toda posibilidad de justicia en su favor? Alguna especie de rara enfermedad (probablemente provocada por falta de higiene) los hizo sucios, ignorantes, marginados, marginales, monolingües. Mujeres indias, hombres indios, niños indios, ustedes no, ustedes no salen a cuadro, no salen en la foto, no se escuchan en la radio, no no no, ustedes, indios, no. Aunque los maten, ustedes, no.

Después de todo, 45 indígenas asesinados, a los que nadie conoce no cumplen con el requisito “noticiabilidad”.

Luego de 10 años los 45 tzotziles ejecutados en Acteal, Chiapas, siguen siendo una especie de “asunto menor” Si a caso, alguno que otro medio “revoltoso” “detractor” “golpeador”, como La Jornada, ha hecho caso y memoria de Acteal.

Acteal, lacerante Acteal. Ejecutados en Acteal, ignorados en Acteal, genocidio en Acteal.

En los medios electrónicos comerciales (casi todos), nada pasa, sólo una periodista, Carmen Aristegui, proclive a vivir problemas técnicos en su programa de radio Hoy x Hoy de W Radio. Pero en el resto, nada o muy poco y malo. Humillados los 45 muertos a 10 años, ni una “notita”, nada de nada.

El domingo 28 de octubre de 2007, la imagen del obispo de la diócesis de Saltillo, Coahuila, Raúl Vera, ocupa llamado en primera plana del diario La Jornada. “Zedillo debe ser juzgado por crímenes de lesa humanidad”, apunta el titular de la nota, que cita la declaración del prelado.

Después, durante una semana (del lunes 5 al viernes 9 de noviembre. Aún no dan por terminada la serie), en primera plana el titular del diario que dirige Carmen Lira Saade “cabecea”: Acteal: a 10 años la mano oficial es inocultable -Sin el visto bueno de las autoridades estatales y federales en todos sus niveles los paramiliatares no hubieran ejecutado el asesinato masivo- reza la introducción del reportaje que durante una semana apareció en el rotativo (siempre con llamado en primera). El periodista Herman Bellinghausen escribe el recuento -paso a paso, población por población, personaje por personaje, muerto por muerto-, del genocidio.

“Corruptos por comisión o por omisión” como dice el periodista Julio Scherer; asesinos por omisión y por comisión política o económica, los autores materiales e intelectuales de la masacre restregaron una vez más su impune poder a los indios, a “Los de Abajo”.

¡Los mataron!, ¿Y?

Si los medios de comunicación insisten en ignorar hechos como el de Acteal, Chiapas, todos los días serán responsables y culpables por omisión (y ¿por qué no?, por comisión) de actos que ensombrecen la per se magra vida democrática y justa de México.

El asesinato de 45 indígenas (mujeres, niños, hombres) en 1997 no puede ser cosa que se erosione ante el inexorable paso del tiempo; no puede ser inaudible para la radio; no puede ser “falto de actualidad” para la tele; no puede ser inhibido de la prensa escrita.

No.

Porque así se diluye la posibilidad del crecimiento periodístico, de la ética mediática, del aprendizaje verdadero y de una sociedad sana. Es por ello que Acteal, Chiapas y sus 45 masacrados pesarán siempre sobre la inconsciente memoria de Ernesto Zedillo (quien era presidente de México), Emilio Chuayffet (entonces secretario de Gobernación), Pedro Joaquín Coldwell (ex comisionado para la Paz, hoy senador federal de la República), Julio César Ruíz Ferro (ex gobernador de Chiapas); así la lista podría ser interminable. Así la acotada conciencia de estos cómplices genocidas cargará la muerte, el asesinato, la brutalidad.

Tal y como pesará históricamente sobre estos personajes políticos la ejecución y la muerte de los indígenas mexicanos, así pesará sobre los medios que los ignoraron entonces y que actualmente continúan marginando el hecho.

El silencio de los comunicadores equivale a la irresponsable complicidad en el crimen.

Peor aún, el intento de paternalismo compinche publicado en la revista Nexos bajo el título "Regreso Acteal" -por el escritor Héctor Aguilar Camín-, es la mano mediática que protege al poder, que busca “maquillar” la verdad como lo denuncia Luis Hernández Navarro. Favor con favor se paga y Camín le debe al PRI, le debe al gobierno, le debe aunque en ello le vaya cayendo la “mierda que se echa al ventilador”, frase que usó el intelectual de Televisa para reclamarle a Sherer García, que en Proceso, se revelaran sus tratos con Salinas de Gortari para prepagar publicidad a la revista Nexos.


Crimen de Estado-Estado de Crimen.

En Acteal hace 10 años, el Estado mexicano haciendo uso de tácticas contrainsurgentes, azuzando el rencor entre comunidades previamente homogéneas, fue patrocinador, maquinador y asesino de 45 mexicanos.

Los muertos y sus deudos esperan que se haga justicia.

La mayoría de los políticos y de los medios son fieles centinelas de la masacre.

¿Qué tendrán los indígenas mexicanos que inhiben toda posibilidad de justicia en su favor?



Monday, November 05, 2007

Todos somos unas putas

Me vendí. No diré cuanto, pero me vendí. Seguro estoy que la mayoría lo hubiera hecho incluso por mucho menos.

Me prostituí en Televisa.

Sucede lo siguiente: una amiga le llamó a mi hermana, le dijo que necesitaba gente para que saliera en un programa de concursos y que les iban a pagar.
Maye le dijo que ella no podía, pero que a lo mejor yo quería.
Si quise, me vendí. Mi amiga Cecilia es también una puta, digo, en el neoliberal sentido de la palabra. De lo otro nada me consta.


De por vida

El nombre del programucho al que fui a empeñar mi dignidad y mis constantes críticas al consorcio televisivo, se llama “De por vida”. Lo conduce la mujer más guapa que he visto -y he visto varias-, pero esta tenía las chichis más preciosas que he visto en la vida, y también he visto varias, pero las de Jaqueline Bracamontes, son las mejores.

No entraré en detalles de qué va el programa. Pero sí diré que es divertido.

La otra puta y yo, esta puta que todos llevamos dentro, fuimos invitados a formar parte de una elite, dentro de la popo, que se denomina para efectos del programa –roba dignidad-, “Línea Bancomer”. “Ustedes son una parte fundamental del programa”, dijo el floor manager a todos los que llegamos acarreados por el interés desde las 10 am, y que en realidad fuimos atendidos hasta pasadas las 12 pm.

Se hacen pruebas, muchas, antes de la grabación:
-Pongan cara de luz roja- decía el asistente del FM.
-En ese momento la prostitución llega a su máxima expresión. Uno tiene que doblegarse ante la voluntad de un perro televiso que te indica: “haz lo que yo te digo”•
-Y yo, con toda mi prostitutés le dije que sí… Me carga la chingada.
Poner cara de luz roja, es poner cara de “me carga la chingada”, eso quiere decir que al prostituto más listo, el que si será millonario cuando salga del foro 5 de Televisa Santa Fe, no le está yendo tan tan bien.

-Pongan cara de luz blanca.
-Uno tiene que echar mano de toda su prostitutés histriónica.
-Eso, quiere decir que al pendejo, ya le está yendo mejor, y que uno por más pendejo, tiene que celebrar que al pendejo, se le esté llenando el buche de dólares…

-Cuando salga la luz blanca, la gente de "Línea Bancomer", tiene que saltar. “Quiero cara, quiero carisma, quiero que coordinen el aplauso con el gesto, porque hay quienes solo aplauden-

-Así se dirige a nosotros el pinchi cabrón ese. Así nos dice y la prostitutés asiente: sisisis… No es posible. Sin embargo, uno ríe. Y bueno, obvio echa mano de todos sus recursos Prosti-histriónicos, si ya eres una puta, bueno, pues habrá que ser de las mejores.

Puse mi cara de luz roja, la de luz blanca, la de carisma que tanto solicitó el cabrón ese. También le aplaudí mucho a Jackie.

Aplaaaaaaaaausos. –Todos viendo a la cámara BRAAAAAAAAAAVO grita uno y su dignidad va dando de tumbos. Soy una graaaaaaaaan puta. Ooooh, qué buena puta soy.


La puta otra que me acompaña (mi amiga la ceci) se da el lujo de componer una consigna que dice algo así como “que se arriesgue que se arriesgue” (se refiere a que el ñoño, debe continuar jugando y poner en riego el dinero que ya tiene ganado), en ese momento me percato que estoy destruido y que en próximas fechas todas mis amistades me verán chocárselas al ñoño ganador de 1 millón 400 mil pesos.

Soy una puta, lo aclaro desde este momento.

Pero bueno, al final, la verdad que tuvo mucho de divertido y se me pagó (igualito que a las putas) y se me pagó muy bien (como no a todas las putas). No develaré cuanto valió mi honra, eso sí sería una putada…