La Tía Felicitas
Dos meses han pasado desde que ando en tu casa. Lo he pasado bien. Muy bien. Lo mejor tus sobrinos. Qué cosa. Tu hermano. TITO PUENTE. Tu hermana. Tu cuñado, un amigo a la primera.
Ayer atravesé a la Tía Felícitas. O sea que la atravesé la calle. Su andar temblorino. Su memoria reluciente, misma que rápido, rápido reconoció a tu sobrina (y si me permiten mía). En de bolón me tomó confianza la vieja y me dijo “mucho gusto, no me atraviesa”. Le dije que sí. Ya ves como soy reteamable. Que la atravieso. Ahí nos fuimos. Llegamos como dos minutos más tarde al otro lada de la calle. La despedí con beso. Pensé que era mi oportunidad de besar a una mujer que es vieja, pero que aun anda y ríe, ríe y ah cómo grita. Pero esa es harina de otro costal. Sí, es la que gritó el día ese. De no haber sido porque tu ya estabas remuerto y el ánimo era nulo y la tristeza se respiraba, pues la verdad es que me viera yo reído harto, harto. Que chistosa es la tía Felicitas.
Jessica y yo comimos una paleta Carlos V. Luego nos encontramos a la andarina anciana. Jessica río, porque, no obstante temblorina, también es una mujer cuya voz no es inteligible, a momentos.
Regresamos. “Roco” no se enteró de que comimos una paleta de hielo Carlos V. Lo anterior, porque el niño de los ojos “verdes de luna menosguante” está enfermo de “la tos”. Así que sería un despropósito mostrarle con que desparpajo estos dos, por el momento sanos, nos devorábamos la invención de la casa que por tanto y tanto fue objeto de tu lealtad. Sin más por el momento me retiró. Mañana regreso al DF luego de una ausencia plañidera, pero que me conforta. Porque este tiempo, he estado cerca de tu gente y ello, aunque no te suple, creo que a ti te hace sentir bien. Eso espero. Un abrazo fuerte, fuerte.
Mestoy tomando un mezcal. Ya se me trepó. CECI se volvió l
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1 comment:
se ve que sabes usar esto!
no tienes algo más de qué hablar que no sean tus cartitas de amor a tqa?
Saludos chavo
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